
La foto muestra a Don Macedo Rivera y esposa, luciendo el atuendo típico de la Estampa floclórica del del Rey Inca, baile tradicional es las fiestas patronales de Junio en Huáñec.
¡VIVA LOS CHANCHAS! ¡VIVA LOS CALATOS!
Por: David Rivera Romero
La festividad de Corpus Christi, es la fiesta principal del pueblo de Huáñec, los días centrales son el jueves con la Misa y la procesión, y el viernes con la corrida de toros, donde compiten los mejores toros de las comunidades de la S.A. de la S.T.
Para esta tradicional corrida de toros, las juventudes de cada comunidad se preparan con tiempo, contratan las mejores bandas de músicos, contratan los mejores toreros, traen los toros más bravos.
Las “cabecillas” compuesta por la juventud más entusiasta de cada comunidad, trabajan febrilmente desde días anteriores, preparan las provisiones para la comilona de los días de fiesta, recorren el pueblo al son de la banda para recoger el “yanachicu”, y el viernes ya todo está listo para la competencia. Ese día, cuando la sombra está pasando por San Joaquín se reúnen en la plaza de armas, invitan a las autoridades a acompañarles, el Alcalde va con una comunidad, el Juez con la otra comunidad, el Gobernador y el Párroco harán lo mismo, los ilustres visitantes también los acompañarán. Al compás de la banda de músicos se dirigen a la plaza de toros, la juventud ya está con los ánimos muy en alto y van dando vivas y hurras, lucen sus mejores atuendos, los varones van con terno nuevo y la garrafa que contiene exóticos licores en mano derecha, las señoritas, con van sombrero chilcano, adornado con cintas multicolores, con la bayetilla al hombro y con la blanca jarra colmada de chicha de airampo, para agasajar a los asistentes,
Ingresan a la plaza de toros y la algarabía es muy grande, por doquier se escuchan vivas, ambas juventudes se instalan en sus respectivos emplazamientos, la S.A. en el lado derecho y la S.T. en el lado izquierdo.
En la competencia taurina se lidian doce bravos, alternando uno de cada comunidad, esta vez incia la S.T. y sale al ruedo un hermoso toro con abundante pelaje, ha sido traído el día anterior desde el fundo de Ticllacocha, propiedad de la S.T., un lugar muy frío, por lo que los bravos, para protegerse se cubren de mucho pelambre, La S.T. aliente da hurras, todos están contentos por la bravura del toro, y la S.A. grita ¡Chancha!, ¡Chancha!, ¡Chancha!, … en alusión al abundante pelaje. A su turno, la S.A. presenta un magnífico toro, con poco pelambre, tiene más bien la piel brillante, lo han traído en la noche desde el fundo de Huajla, un lugar bajío, propiedad de la S.A., donde no hace frío, sino más bien hace calor, por lo que los bravos no necesitan de mucho pelaje; ahora las vivas y hurras son de la S.A. y la S.T. grita ¡Calato!, ¡Calato!, ¡Calato!, … aludiendo al poco pelambre que tiene el bravo.
Sigue la competencia, los mejores ejemplares se han reservado para cerrar la tarde, los ánimos se van caldeando cada vez más, nadie quiere perder; las puyas van y vienen; al terminar la corrida los presenten invaden la plaza y al son de la tradicional tonada de la “Chihua chihua” todos celebran y bailan; de rato en rato se escucha por ahí ¡Chancha!, ¡Calato!, ¡Chancha!, ¡Calato!,… y seguirá así por unos días, aún terminada la fiesta.
En Huáñec, o somos “Chanchas”, o somos “Calatos”, es parte de nuestra identidad, de nuestra idiosincrasia. ¡Qué linda es mi tierra!, ¡Qué linda su gente!, ¡Qué grande su cultura!, por lo que nos sentimos orgullosos.
¡Viva Huáñec!, Viva el Perú!
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