domingo, diciembre 05, 2010

INTENTO DE DESTRUIR EL CULTO A PARIAKACCA

APU PARIAKACCA
(LEYENDA)


Dentro del contexto andino se considera al dios "Wiracocha" o "El gran señor Sol" como el creador del mundo, quien pobló a la tierra quechua de haris (hombres) y Wanblas (mujeres) y distribuyó a los dioses menores por toda su extensión. Estos dioses tutelares fueron llamados APUS. En la tierra de los Huancas, el gran Wiracocha envío a dos dioses, cada uno con características y rasgos diferentes. Estos dioses fueron el Apu Huallallo Carhuincho o Huallullo Carhuancho y el Apu Pariacaca o Pariaqaqa. Ambos dioses se enamoraron de distintas wanblas y tuvieron una familia muy extensa.

Pero si todo iba bien, ustedes se preguntarán porque estos dioses fueron rivales, pues según cuentan esto habría sucedido por lo siguiente:

Cuenta la historia que la primogénita de Huallallo Carhuincho, llamada Huaytapallana era muy hermosa, tanto que para ocultarla de los haris este, su padre la escondió al abrigo de las montañas y sembró para ella un jardín lleno de flores.

A su vez el Apu Pariacaca tuvo un hijo varón a quien llamo “Amaru” este joven amante de los viajes y quien, por ser hijo de un Apu, podía tomar la forma de cualquier animal y de esta manera trasladarse por los valles de su padre, encontró a una bella wanbla con quien se casó y tuvo una hija.

Un día en el que Amaru sobrevolaba unas montañas, observ a lo lejos un jardín de flores como nunca antes había visto y sin saberlo salió de los terrenos de su padre y tomando forma humana nuevamente se adentro en este paraje escondido.

Al pie de la laguna Carhuacocha se encontraba una wanbla tan hermosa que Amaru, olvidando todo, quedo al instante perdidamente enamorado de ella y, esta doncella cuyo nombre era Huaytapallana también se enamoro de él. Ambos tuvieron cinco hijos.

El Apu Huallallo Carhuincho quiso saber quien era este joven hari que había tomado el corazón de su hija de esta manera y preguntando a los vientos se entero que ese joven hari no era otro que Amaru, el hijo de su rival Pariacaca, y que además de ello él estaba casado y tenía una hija.Herido en lo más profundo por el adulterio cometido, el Apu Huallallo Carhuincho suplicó a los vientos que traigan, a los odios de Amaru noticias de su esposa y de su hija.

Al recordar Amaru a su esposa e hija y tomando conciencia de todo lo que había hecho salió a caminar, mientras avanzaba lentamente y meditaba por una quebrada el Apu Huallallo Carhuincho se acercó y de un golpe mortal que terminó con la vida de Amaru, este al momento de caer grito a su padre para que tome venganza de este ataque traicionero.El Apu Pariacaca en su dolor ahogó a Huaytapallana en la laguna Carhuacocha y a los cinco hijos en las lagunas aledañas.

De esta manera ambos Apus iniciaron una terrible batalla arrasando a su paso todas las aldeas, pueblos y cultivos que existían en la zona, dando forma, durante este batallar a la accidentada geografía de la zona.

Al enterarse de estos destrozos el gran Wiracocha, juzgó tales acciones como maldades muy grandes y decidió apresarlos por un largo tiempo. Tomó a Pariacaca y lo convirtió en Nieve sobre las colinas mas altas de sus montañas que hoy llevan su nombre, y a Huallallo lo convirtió en nieves perpetuas asentandolo sobre las colinas y picos de la que fue la morada de Huaytapallana.Se dice que solo cuando esas nieves se derritan ambos Apus podrán liberarse de esa prisión, y parece que ese tiempo esta por llegar...
 
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HISTORIA
INTENTO DE DESTRUIR EL CULTO A PARIACACA, DIOS ANCESTRAL DE LOS HANAN YAUYOS
Recopilado por David Rivera Romero.
Como parte de algunas festividades de nuestros pueblos andinos, se rememora el encuentro de el Inca Atahualpa con el cura Valverde; el Inca que representa la divinidad de nuestros pueblos nativos y el cura Valverde que es el ministro del Dios de los españoles, es así, como el enfrentamiento entre estos dos personajes muestra la característica violenta de la evangelización en América. Virgilio Roel, 1992, menciona: “Al llegar los españoles a América lo primero que hacen es asumir la empresa como una misión religiosa, bajo estas condiciones en nombre de los dioses y de los reyes se inicia el más feroz genocidio que ha conocido la historia.”. Este proceso de evangelización fue realizado en todos los pueblos inclusive en los del Hanan Yauyos, bajo las mismas condiciones.

La lucha religiosa fue muy violenta, los nativos eran obligados a profesar la religión Católica, pero ellos mantenían vigente su propia religión, entonces los españoles lanzaron una ofensiva de mayor alcance, e iniciaron la extirpación de las idolatrías, que consistía en la persecución de todo culto distinto a la religión Católica, y así fueron destruyendo, santuarios, apachetas y huacas, y sobreponiendo sobre ellas las cruces y las estatuillas de los santos, En ese contexto es que sucede una de las agresiones más violentas contra el culto de los Yauyos, constituyendo un hecho que grafica la forma de cómo es que los españoles en tiempos de la colonia han impuesto por la fuerza a los nativos peruanos su religión.

El siguiente párrafo narra cómo es que trataron de destruir parte de su principal santuario (Pariacaca), con la finalidad de imponer la religión Católica.

“ A las 10 de la mañana del 27 de abril de 1610, los padres Francisco de Ávila (doctrinero del pueblo de San Damián), Olmedo y Fabián de Ayala a la cabeza de doscientos peones destrozaron el ancestral adoratorio mítico Pariacaca, en un acto culminante de la cruzada emprendida por los extirpadores de idolatrías del siglo XVI Y XVII.”

Hoy aún queda la escalera de 1800 escalones, incrustada en una de las cimas del mundo, construida por la fe de millones de creyentes durante miles de años. Su altura es equivalente a un edificio de cien pisos, esta hecha de miles de bloques de piedra y en algunas secciones llega a tener cuatro metros de ancho. En la base de la escalera se encuentra Cuchimachay donde hay pinturas rupestres representando camélidos de unos diez mil años de antigüedad.

Del santuario del Pariacaca solo queda eso, sin embargo, lo que no han podido destruir es el culto a la divinidad que representa y que subyace en el alma los descendientes de los antiguos Hurin Yauyos (Huarochirí) y Hanan Yauyos (actual Norte y Noroeste de Yauyos); permanece oculto pero presente y en muchos casos disfrazado de religiosidad católica, generando ritos, danzas y canticos propios, que reconocen la vigencia de sus propios Dioses ancestrales a la par con el Dios traído de Europa.