Recopilador
David Rivera Romero
Huañec, 2022
La fiesta y los visitantes
Durante las fiestas patronales de
junio, la más importante del distrito, fiesta a la que concurren muchos
visitantes de los distintos pueblos de la comarca y también regresan los que en
busca de mejores condiciones de vida, emigraron a la gran capital y a otros
lares del país, se reencuentran muchos familiares y amigos de la infancia y la
juventud; apretones de manos, abrazos cariñosos, palmadas en la espalda, así
como frases e interjecciones efusivas son muestra de ello, ¿Oye que ha sido de
tu vida?, ¿Cómo estás?, ¡al fin estás de vuelta!, y continúan los saludos y
abrazos.
Encuentro de amigos en el baile social
Las actividades festivas son
muchas, tales como las recepciones, la misa, la procesión, la corrida de toros,
etc, sin embargo, una a la que nadie faltaría es el “baile social”[1]
que se realiza por la noche en los locales comunales, porque en el pueblo hay
dos comunidades campesinas, evento al
que concurren casi todos los residentes y visitantes; y es así, como después de
mucho tiempo, se encuentran en el local, dos entrañables amigos de la
adolescencia, Jonás, quien ahora es un reconocido músico, principal trompetista
de la banda de músicos de la localidad, y Saturnino, quien había logrado un
promisorio porvenir en alguna localidad de la selva central y regresaba después
de 15 años. Jonás o “Nashito” como le llamaban sus compañeros de la escuela de
primaria y Saturnino conocido por sus paisanos y amigos como “Shato” desde
cuando era escolar; los amigos intercambian saludos y abrazos, cada quien
pregunta cómo le ha ido en la vida, entre preguntas y respuestas pasan varios
minutos y muestran gran elegría, por su puesto no es para menos, el local ya
está abarrotado de gente, y muy pronto llegará el momento en el que la banda de
músicos debe amenizar la fiesta y “Nashito” debe empezar al trabajar, pues era
el trompetista principal.
Un pedido especial de Shato
Antes de despedirse Shato de pide a su amigo músico que toque un vals, y precisa, el vals “cariñito”, y le confiesa en voz baja que está muy emocionado, porque ha visto en el local a su “antigua”[2] y la va invitar a bailar, a lo que su amigo gustosamente asiente y le dice “claro, esta bien hermano” y le hace una señal de aprobación. Nashito para complacer a su amigo, coordina con sus colegas músicos para tocar el vals solicitado y la banda empieza a tocar; como suele suceder en estos bailes, de inmediato casi todos los varones van en busca de su pareja de baile. Ya la pista de baile está repleta, ya las parejas están bailando amenamente al son del valsecito añejo que la banda interpreta al estilo yauyino, y Nashito siente mucha curiosidad por saber quién es la “antigua” de su amigo Shato, con la mirada trata de ubicarlo entre tanta gente, se acomoda para ver mejor, fisgoneando entre las parejas de baile, mientras sigue tocando la trompeta, no logra ver a su amigo, pero sigue buscando con mayor cuidado entre el gentío que llena la pista de baile, hasta que por fin logra verlo, sin embargo no distingue bien con quién baila, y tiene mucha curiosidad por saber quien es la “antigua” de su amigo, en unas de esas vueltas logra verla, ¡que sorpresa tan inesperada!, Shato está bailando con Eugenia, su esposa, Nashito pestañea una y otra vez, no puede creer lo que ve, ¿su esposa su “Geña” como le decían en la escuela es la “antigua” de Shato?, se pregunta una y otra vez, entra en cólera, intenta dejar de tocar, pero desiste, no puede hacerlo, él es el principal trompetista de la banda de músicos, y se dice así mismo, “en cuanto termine de tocar iré a buscar a ese sinvergüenza y le rompo la cara a puñetazos”, ¡qué tal y todavía me hace un pedido especial!
Siempre
aclarando las cosas
Ya la banda terminó de tocar el
vals, “Nashito” furioso se apresta a ir en busca de “Shato”, pero se sorprende
más aún al ver que su amigo se acerca sonriente, por un momento no sabe qué
hacer, crispa los puños, sin embargo, se contiene para evitar el escándalo,
mientras tanto, su amigo le pide que un
nuevo favor, que esta vez toque el bolero “Celoso”; “Nashito” aún muy sorprendiso,
lo escucha tratando de controlar su ira,
y “Shato” de le dice en voz baja, lo que pasa es que no pude bailar con mi “antigua”,
porque estaba muy lejos y no alancé a pedirle el baile y por eso tuve que bailar
con tu “Geña”, hermano.
“Nashito” al fin comprendió lo
sucedido y se fue calmando, ¿uf qué alivio!, se dijo para sí, mientras que “Shato”
le prometía que esta vez sí se ubicaría muy cerca de “Natí” como le llamaban a
Natalia en la adolescencia, ella era la “antigua”. Y la fiesta prosiguió, con
muchos huaynos, valses, boleros y corridos hasta el alba; por su puesto, de rato
en rato, Nashito dejaba la trompeta y salía a bailar con su amada “Geña”. ¡Que viva el baile social!
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